Cuando se comienza a principios de la presente década (año 2.000) a darse los procesos de acreditación de las carreras de pregrado y hacia la mitad del mismo (año 2.005) la implementación del sistema de créditos, apuntaba en ambas estrategias a elevar el nivel de los planteles y por lo tanto de los estudiantes, con la vista puesta en poder alcanzar un nivel competitivo de la globalización; procesos de selección, entrevistas, formularios y demás requisitos se implementan en las diferentes instituciones de carácter superior con el fin de llevar al estudiante a la excelencia.
Cuando se quiere dar un análisis de la calidad de la educación superior en Colombia y ver las estrategias que han tomado, realmente hay que descubrir – y no se porque los académicos no lo mencionan o lo hacen poco – que todo es un continuo aprendizaje aunado a características que marcan la personalidad y comportamiento del estudiante que accesa a esta etapa de la educación.
A partir de la constituyente del 91’, ocurren hechos a nivel legislativo que marcarían varias generaciones de colombianos (aun hoy continúan pasando), primero cuando se propone en el congreso algo llamado “El libre desarrollo de la personalidad” y posteriormente en año 2.002 sale un famoso decreto llamado 230, estos y una gran cantidad de perlas parecidas influyen de manera importante al hablar de calidad en la educación superior, porque no solo es, cual es el pensum académico o que recursos didácticos tiene la institución, sino que producto (estudiante) llega a la institución.
Cuando charlo con mis profesores de universidad me comentan que tan difícil es ahora (2.010) poder llegar a los estudiantes, pues su capacidad cognitiva es limitada. Pero como se puede hablar de calidad en la educación superior, cuando en la primaria y secundaria esta brilla por su ausencia, el facilismo con el que ley formo al estudiante hace que casi por naturaleza sea mediocre, no tenga disciplina y mucho menos hábitos de estudio. Si bien ahora no aplica “la letra con sangre” pues tampoco la de hoy que dice “La letra con la almohada entra”
Para qué le sirve a una universidad tener los mejores equipos si quienes llegan a aprender a manejarlos solo lo hacen a medias, estudiantes que jamás se preocuparon por aprender y además que la ley los ayudaba a romper todas las reglas establecidas en el sistema educativo, se enfrentan al dilema de salir y no saber hacer nada, es curioso como los intelectuales y académicos de este país, no se pronuncian de manera firme contra los desatinos del gobierno, al no decir nada ni pronunciarse en los diferentes actos legislativos que atentan contra la calidad de la educación.
Finalmente la calidad de la educación superior pasa por la calidad de la educación desde sus bases, individuos formados o deformados (aún no se que escoger) en la mediocridad en el mejor de los casos, desde la educación primaria, individuos cuyo léxico es apenas de unas pocas palabras y mal utilizadas, individuos sin disciplina en sus actividades diarias, individuos faltos de amor y comprensión en una sociedad globalizada que les obliga a madurar antes de tiempo, individuos que muchas veces no tienen claro para que se estudia y se forman; otro tema para tocar luego es el de los docentes, ¿nacen o se hacen?
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